El aturdimiento con electricidad se conoce como electronarcosis y la matanza mediante electricidad se conoce como electrocución. La electronarcosis es un procedimiento totalmente reversible que detiene de inmediato el funcionamiento normal del cerebro durante un breve periodo de tiempo. La electrocución lleva a una disfunción integral del cerebro que impide el funcionamiento de la respiración refleja. Esto significa que los peces mueren por falta de oxígeno mientras aún se encuentran inconscientes. Esta sección describe lo que sucede a un pez durante la electrocución, detallando los parámetros requeridos para garantizar que cada aturdimiento sea inmediato y efectivo. La electronarcosis en sí misma no es adecuada para peces a los que no se pueda aturdir por percusión o que sangren inmediatamente después del aturdimiento. Esto se debe a que se recuperarían del aturdimiento y estarían plenamente conscientes durante el proceso.
El objetivo de la electrocución es matar causando una insensibilidad inmediata y pérdida de conciencia e impidiendo que el sistema respiratorio funciones eficazmente. Cuando se mantiene en un campo eléctrico apropiado durante el tiempo suficiente el cerebro queda gravemente dañado y desaparece la respiración refleja. Por tanto los peces mueren por falta de oxígeno.
Cuando se electrocuta a un pez, se pone rígido con ligeros temblores corporales y después se relaja gradualmente y no muestra movimiento adicional. En la práctica, los peces son sacrificados por electrocución usando equipo que exponga a los peces a un campo eléctrico que cause un aturdimiento inmediato y que, mediante una exposición prolongado, resulte después en un daño fatal y permanente del cerebro. Tras la electrocución, algunos peces mostrarán espasmos musculares esporádicos fuertes en los que la boca se abre y las agallas brillan mientras están inconscientes. Tras cada espasmo, el pez de relaja. Estos espasmos normalmente cesan en el plazo de 5 minutos. Son movimientos irregulares descontrolados que no se deberían confundir con los movimientos regulares que indican el retorno a la conciencia.
A fin de aturdir y sacrificar al pez con electricidad, debe pasar por el cerebro una corriente suficiente a una frecuencia adecuada durante el tiempo suficiente. Factores como la especie, el tamaño, los niveles de estrés, la temperatura, la conductividad del agua y el número de peces en el depósito pueden afectar a la duración de la insensibilización como consecuencia de un aturdimiento. Estos factores por tanto deben ser tenidos en cuenta detenidamente a la hora de seleccionar los parámetros del equipo.
Signos de un aturdimiento efectivo:
Se debería supervisar a los animales con regularidad durante el funcionamiento de la máquina de aturdimiento. Todos los peces deben quedar eficazmente aturdidos a la salida del aturdidor y permanecer en ese estado hasta la muerte. Se debería vigilar para detectar signos de recuperación cuando los peces se encuentren en la mesa de sangrado. Una supervisión regular permite identificar problemas y responder a ellos rápidamente.
Si se aplica un campo eléctrico de voltaje, frecuencia, corriente o duración inadecuados a los peces, quizá no queden eficazmente aturdidos y en su lugar pueden quedar paralizados mientras aún están conscientes. En estas circunstancias, los peces no pueden mostrar respuestas normales al dolor ni comportamiento de escape. Alternativamente, la exposición a una corriente suficiente, pero por un tiempo insuficientes, dará lugar a un aturdimiento con un periodo o sensibilidad limitados y habrá un elevado riesgo de recuperación antes de la muerte.
El equipo de aturdimiento debe mostrar los parámetros de aturdimiento que se están aplicando al pez de un modo que sea claramente visible para el operario. El equipo debe estar diseñado para proporcionar un aviso visible o auditivo si no se administran los parámetros correctos.
Se puede acumular corrosión rápidamente en los electrodos del aturdidor, especialmente en sistemas de agua salada. Esto puede afectar a la cantidad de corriente que se administra al pez y dar lugar a un aturdimiento no efectivo. Es esencial la limpieza y mantenimiento regular de los electrodos.
Es esencial que todo el equipo reciba el mantenimiento y la reparación necesarios siguiendo las instrucciones del fabricante para garantizar que todos los peces son sacrificados de forma humanitaria. Si el equipo no recibe un mantenimiento correcto, su eficacia se reducirá.
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