Se debe desangrar a las aves lo antes posible, en los siguientes 15 segundos del aturdimiento. El corte del cuello debe sesgar ambas arterias carótidas o los vasos de los que surgen. Se recomienda este método para garantizar que la muerte se produzca antes de poder volver a estar consciente. Se debe usar un cuchillo afilado y limpio para cortar la parte frontal del cuello justo debajo de la cabeza.
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Posicionamiento del cuchillo para desangrar a los pollos después del aturdimiento. Se deben cortar ambas arterias carótidas. |
Hay quienes han abogado por cortar los principales vasos sanguíneos por la boca para evitar el corte del tejido externo del cuello por motivos estéticos. Sin embargo, no se recomienda. Es probable que no se corten todos los vasos sanguíneos y que continúe el flujo de sangre al cerebro. Esto puede retrasar la muerte y el ave puede comenzar a recuperarse del aturdimiento durante el desangrado. Esto provocaría dolor y sufrimiento evitables.
Al sacrificar aves para su consumo, por motivos de seguridad alimentaria, se deberían mantener las aves suspendidas durante un tiempo tras el corte del cuello para permitir que toda la sangre drene de la carcasa. Se debe permitir que los pavos y gansos se desangren durante un mínimo de dos minutos, y otras aves durante un minutos y medio antes del desplume y el eviscerado.
Es importante comprobar que el ave está inconsciente observando ausencia de reflejo de parpadeo cuando se toca la cornea (la superficie del ojo). Ante la presencia de reflejo de parpadeo se debe actuar de inmediato: quizá no indique estado de conciencia pero el regreso de este reflejo tras el aturdimiento es un signo de que vuelve a haber cierta función cerebral e indica la posibilidad de que el ave pueda estar recuperando la consciencia. No dude en repetir el aturdimiento o use un método alternativo.
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